Desde 2017, los Galardones '8 de Marzo' han apoyado a mujeres y colectivos que, con pasión, visión y compromiso, intentan hacer de Cieza un lugar mejor a través de su contribución en la igualdad de género. Con los siete nuevos premios de 2020, el Consejo Municipal de la Mujer sigue prestando apoyo a mujeres extraordinarias que pueden ser un ejemplo a seguir, inspirando a la sociedad a avanzar hacia la igualdad de género.
La doctora Amparo Cano García, la estudiante Ángela Erquicia Rodríguez, la artista María Joaquina Sánchez Dato y la usuaria de Afemce Purificación Falcón García recibieron este jueves en el Teatro Capitol los Galardones 8 de Marzo que concede anualmente el Ayuntamiento de Cieza a mujeres que han destacado en distintos campos de la vida social, académica y laboral. Por otro lado, las asociaciones Grupo Scout San Jorge de Cieza y Ajuntaera Feminista Akelinza. Del mismo modo, el Club Voleadores Cieza fue reconocido por su proyección en el deporte femenino.
La cuarta edición de este acto estuvo presidida por el alcalde de Cieza, Pascual Lucas, quien dio lectura al manifiesto institucional por el Día Internacional de la Mujer. En su intervención el regidor apeló directamente a la capacidad de las mujeres para transformar el mundo y la sociedad. "Este 8 de marzo es un día también para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor de mujeres comunes que han ejercido una función extraordinaria en la historia, reclamando derechos básicos como el acceso a la educación, la cultura, el trabajo o la política", dijo.
'Esemeble Ama', grupo musical formado por alumnos del Conservatorio de Música Maestro Gómez Villa, interpretó con brillantez un cuidado repertorio bajo la dirección de Jorge Medina, que es profesor de acordeón y presidente de la Asociación de la Murciana de Acordeonistas. Y es que en la actualidad la especialidad de acordeón sólo forma parte del plan de estudios de los conservatorios de Murcia y Cieza. El broche musical dejó en el aire el mensaje de que la familia, la sociedad en general, pero sobre todo la escuela -como transmisora no solo de conocimientos, sino de valores universales- es el entorno más eficaz para educar en igualdad.