Tarde entre Arquitectos

El prestigioso arquitecto ciezano José María Torres Nadal protagonizó la tarde de este domingo con una charla ofrecida en la terraza de la Biblioteca Padre Salmerón dentro de las III Jornadas de Divulgación Científica organizadas por el Ayuntamiento de Cieza y la Universidad de Murcia.

La pretensión era celebrar una reunión informal entre un investigador ciezano y las personas del municipio interesadas en su tema de investigación. Tuvo lugar en la terraza de la biblioteca con presencia limitada de público En el acto, además del público asistente, se encontraba la concejala de Educación, María Ramos, y la directora de la Sede Permanente de la UMU, María Semitiel, presentador y colaboradores.

José Villa Señas, arquitecto ciezano, fue el encargado de presentar a Torres Nadal, así como de moderar un acto que también pudo seguirse vía streaming.

José María Torres Nadal nace en Cieza en el año 1947, segundo de los tres hijos que tuvieron el matrimonio formado por el ciezano Carmelo Torres Piñera y la casanense Anita Nadal Serra. La Guerra Civil española hizo que Carmelo fuera destinado al municipio de Cassá de la Selva (Gerona). Fue allí donde se conocieron sus padres.

Una vez acaba la guerra se instalan y forman su familia en Cieza. Investigando sus raíces familiares y de dónde le pudo nacer su pasión por la arquitectura, la investigación y la creatividad, José Villa averigua que el renombrado arquitecto tiene antecedentes tanto por vía paterna como por la materna.

Su abuelo paterno José María Torres Ríos y sus tíos, los hermanos Torres Piñera, conocidos en la población por "Los Pepones", fueron empresarios de la construcción y realizaron diferentes obras públicas entre las que destacan el edificio de la Plaza de Abastos y el edificio de Correos en Cieza.

Por vía materna, su bisabuelo, José Serra Carbó, era maestro vidriero, empresario e investigador, perteneció a la corriente catalana y formó parte del famoso taller de vidrieras Eduard Amigó que colaboraba con famosos arquitectos modernistas.

A principios del siglo XX, los americanos le compran una patente de corcho prensado que se usaba para tapones de botellas y toda la familia emigra a Baltimore hasta el año 1911, en que todos regresan a Gerona.

José María cursa los estudios primarios en Cieza; para estudiar el bachiller, se traslada a Gerona con su abuela y realiza un curso preuniversitario como interno en un colegio de Tarragona y, a posteriori, cursa estudios de Arquitectura en la Universidad de Barcelona.

Entre 1978 y 1997 es profesor en la escuela de Arquitectura de Barcelona con Albert Vilaplana y posteriormente en 1997es contratado por la escuela politécnica de la Universidad de Alicante para organizar la conocida y prestigiosa área de proyectos arquitectónicos hasta el curso 2016-2017 que deja la Universidad.

Entre otras muchas actividades culturales y profesionales ha dirigido una colección de libros "Arquitectura", ha expuesto en el Moma de Nueva York, ha construido la biblioteca de Murcia y participado en la rehabilitación de la Muralla de Cartagena. Ha impartido cursos y diseñado hoteles como uno en Benidorm sin olvidar algunos performances como "Mi casa es tu museo". Actualmente ejerce como "inactivista, inarquitecto e indocente y sigue trabajando con un escrito, un concurso y un proyecto al año y en las implicaciones culturales, profesionales de la condición afirmativa de la precariedad cultural".

Durante su intervención, Torres Nadal quiso transmitir su forma de ver y concebir la arquitectura, pues para él no se trata solo de construir un edificio, sino que quiere llegar más allá.

Reconoció estar influenciado por dos mundos diferentes, que por cosas del destino le tocó vivir. Conocer el norte y el sur. Paisajes, lenguas, culturas, genealogías familiares distintas, que de manera constante ha estado presente en su actividad, manera de pensar y en las reflexiones que ha desarrollado.

Estos dos conceptos geográficos familiares de su padre y madre motivaron el don que posee por la cultura.Su llegada a Barcelona le supuso un despertar político y cultural extraordinario.

Siendo profesor en la Universidad de Barcelona, se nutrió de toda la información y experiencia en su trabajo para formarse todo lo posible y luego, una vez teniendo las cosas claras, coger impulso y seguir un camino cada vez más afianzado por aquello que quería hacer.

Liderar la construcción de la Escuela de Arquitectura de Alicante fue su oportunidad de crear algo nuevo y especial en un contexto social que empezaba a hablar de cambios.

El título que eligió para para su encuentro en Cieza, "Pensar/hacer arquitectura es escuchar la tierra", cobra mucho sentido a lo largo de su vida profesional.

Tomó conciencia en su día de que muchos recorridos de determinadas ciencias comenzaban a estar obsoletos para determinadas cuestiones que tenían que ver con la arquitectura. Aprovechó esta coyuntura para hablar de cuáles eran las relaciones entre la arquitectura y otros contextos sociales, los que determinan la acción en el paisaje, la ciudad, en la cultura.

Destacó que dos cosas que vincularon la experiencia de Alicante con Barcelona fueron "la fe ciega y absoluta en los estudiantes y la confianza en ellos como bastión y elemento esencial en la construcción de una nueva mentalidad arquitectónica, y ser un profesor que proporcionara aliento, fuerza, etc.., pero que no iba a añadir algo que ya estaba construido".

José María Torres es un hombre que entiende la arquitectura como algo más "relacionado con territorios de vida". Su labor en Alicante, según cuenta, más que en dar clases "estaba relacionada con construir un ecosistema donde cobraran mucha importancia las cuatro fuerzas ecologizantes: profesores, alumnos, universidad y arquitectura".

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