La Audiencia Provincial de Murcia ha desestimado el recurso presentado por un vecino de Cieza contra la sentencia del juzgado de lo Penal que lo condenó a dos penas de un año de prisión cada una por quebrantar la orden de alejamiento en sendas ocasiones para amenazarla con prenderle fuego a ella y a la finca de campo.

La sentencia confirma la resolución apelada tras señalar que la misma se basó en pruebas incriminatorias bastantes para enervar su derecho a la presunción de inocencia.

Y añade, ante la alegación del apelante de que cuando cometió los hechos se encontraba bajo los efectos del consumo de tóxicos y medicamentos que no basta con decirlo, sino que es necesario probarlo, así como las posibles incidencias de los mismos en sus facultades intelectivas y volitivas.

El juzgado de lo Penal de Murcia que dictó la resolución recurrida declaró probado que los hechos se produjeron en junio de 2019, cuando a pesar de la orden de alejamiento se acercó a la vivienda y le dijo que se iba a quedar con la casa de campo.

Cuando su exmujer se negó y se opuso a su deseo, el acusado la amenazó con pegarle fuego a ella misma y a esa propiedad.

Poco después, cuando la denunciante acudió a la citada casa de campo, se encontró allí al acusado, que le reiteró sus amenazas de muerte.

La sentencia, ahora confirmada por la Audiencia Provincial de Murcia, incluye, además de las penas de cárcel, sendas órdenes de alejamiento de 200 metros por tres años.