Fuentes municipales indican en una nota que se hallan enmarcadas en el programa de la Red Infancia Cieza y el objetivo es trabajar en un adecuado conocimiento y gestión de las emociones.
Cristina García-Vaso, concejala de Bienestar Social, manifiesta su satisfacción ante el desarrollo de estas actividades, ya que considera que "la educación para la vida sigue siendo la gran asignatura pendiente de nuestros días, muchos de los problemas serían más leves si fuésemos capaces de gestionar de una manera positiva nuestras emociones y encaminarlas hacia la resolución de los problemas".
Desde esta área municipal, la Red Infancia Cieza que trabaja a favor de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia ha desarrollado una experiencia que tiene como objeto la prevención, utilizando para ello la promoción de la inteligencia emocional en el aula y en las familias. Para ello se han desarrollado diversas actividades de forma integral y complementaria en materia de educación emocional en el aula con menores desde Infantil hasta Secundaria. Participan en esta experiencia los centros de Infantil, Primaria y Secundaria de Cieza; colegios Cristo Crucificado, Madre del Divino Pastor, Miguel de Cervantes, Juan Ramón Jiménez y Colegio Público Gerónimo Belda.
Las trabajadoras sociales explican que "la inteligencia emocional determina la manera en que nos relacionamos y entendemos el mundo; tiene en cuenta las actitudes, los sentimientos y engloba habilidades como el control de los impulsos, la autoconciencia, la automotivación, la confianza, el entusiasmo y la empatía. En definitiva, se trata de cómo gestionamos con nuestra inteligencia las emociones y los sentimientos".
Continúan exponiendo que "la personalidad se desarrolla a raíz del proceso de socialización, en la que el niño asimila las actitudes, valores y costumbres de la sociedad. Los niños aprenden a controlar sus emociones viendo cómo la gestionan sus padres. Es decir, la vida familiar será la primera escuela de aprendizaje emocional. La familia, por tanto, como primer ámbito educativo, necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos e hijas. Si los padres y madres eluden esa responsabilidad y la delegan en la escuela, el sistema se desequilibra".
"Pero también la escuela es otro de los medios más importantes a través del cual el niño aprenderá y se verá influenciado en todos los factores que conforman su personalidad. Según el catedrático de Orientación Psicopedagógica Rafael Bisquerra, hay que plantearse si, en lugar de enseñar contenidos que quedan obsoletos, hay que educar para que cada uno sepa cómo buscar con criterio y sea capaz de encontrar lo que busca. Es importante que los estudiantes adquieran otras competencias, como por ejemplo, relacionarse con actitud positiva, a regular la ira o a vivir en democracia. Por tanto, la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotándolos de estrategias y habilidades emocionales básicas para el éxito como personas".
"Las actividades desarrolladas", puntualizan desde la Concejalía de Bienestar Social, "consistirán en el trabajo emocional en el aula con los diferentes ciclos a través de materias transversales, para ello se han impartido en el aula sesiones formativas a los alumnos por parte de dos trabajadoras sociales del Centro de Servicios Sociales. Estas sesiones han tenido un carácter práctico y dinamizador, con objeto de facilitar la producción plástica de los alumnos en relación a la inteligencia emocional. Estas producciones plásticas serán desarrolladas en el aula con apoyo de los tutores y expuestas finalmente en un espacio común".
"Entendemos que familia y escuela deben colaborar y participar activamente para conseguir una prevención primaria y una promoción adecuada, con el fin último de dar respuesta a las necesidades emocionales de los menores", señalan las trabajadoras sociales. Por ello, "con estas actividades pretendemos facilitar el conocimiento y gestión adecuada de las emociones, que sin duda son el pilar clave para poder generar salud emocional, de una forma lúdica, plástica y creativa. Por otra parte, hemos querido dirigirnos a los padres a través de los trabajos de sus hijos, con el objeto de facilitar la reflexión de la utilidad de la inteligencia emocional, en el ejercicio de una parentalidad positiva, para conseguir un adecuado desarrollo de las competencias básicas en la vida de sus hijos y hacerlos seres felices, creativos y capaces para afrontar la vida, tolerando la frustración, afrontando situaciones estresantes con éxito y superando la ansiedad".
"En este sentido, el trabajo interdisciplinar compartido y creativo nos ha proporcionado una gran riqueza y apertura de campo, focalizando no solo en el resultado, sino también especialmente en el cuidado del proceso por el cual se ha llegado al trabajo final. Sin duda, cada vez somos más los profesionales de todos los ámbitos que estamos abiertos a propuestas de este tipo, que facilitan el lenguaje emocional de las familias y escuelas, siendo capaces de afrontar situaciones con los menores de forma positiva".