La crisis del Coronavirus no entiende de clases sociales, de edad ni de niveles académicos. La solidaridad para superar esta crisis sanitaria, tampoco. El deseo de ayudar a los demás es superior en cualquiera de los casos.
Eso es precisamente lo que animó a Guillermo Belda (Cieza, 2001), que está cursando primero de Ingeniería Electrónica en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), a unirse al proyecto A.I.R.E y a empezar a imprimir viseras en 3D para distribuirlas en los centros sanitarios de su ciudad natal, Cieza.
«Estoy en primero y tengo dos impresoras 3D en casa, así que cuando me uní al proyecto contacté con otros 15 o 16 personas en Cieza que tenían impresoras 3D y nos pusimos en marcha para fabricar lo más útil por el momento, que son las pantallas protectoras», cuenta Belda, que también forma parte del UPCT Drone Team.
En la primera tanda de pantallas protectoras consiguieron fabricar 125 que entregaron al Hospital Lorenzo Guirao.
«Las viseras son bastante más rápidas de hacer, tardan unos 45 minutos», explica el joven asegurando que participar en un proyecto de esta envergadura es para él «muy emocionante, es como hacer unas prácticas en tiempo récord», señala.
Asegura que aunque en Cieza hay de momento solo 7 infectados por coronavirus, ellos tienen «bastante trabajo» por delante, pues aparte de surtir de material en 3D a los sanitarios del hospital ciezano y de los centros de salud, también van a elaborar material para residencias, para la Policía e incluso, indica, les están pidiendo material desde las funerarias del municipio.
«Me siento muy satisfecho de poder ayudar a tanta gente, tengo familiares trabajando en el hospital que me pedían que hiciera algo», añade.
Durante estos días, Guillermo compagina el estudio de su carrera con la fabricación de material sanitario en 3D, «tengo los apuntes al lado de la impresora 3D y a veces es un poco estresante porque estás estudiando al tiempo que te estás coordinando con otros para que salga adelante el material. Las impresoras no paran, están todo el día funcionando», señala.
Sin embargo, todo ese estrés lo compensa al ver que «la Ingeniería puede ayudar mucho a la gente, me estoy codeando con ingenieros, estudiantes… y ver cómo se innova y se pueden hacer cosas muy útiles, anima mucho».